Resulta que a la plaza que yo llevaba el perro a correr, la cual es muy hermosa y pacífica, ahora que llegó el verano se llenó de parejitas besandose como si fuera el último día, así que voy a tener que encontrar una nueva plaza o aguantarme el diálogo de siempre:
Ella: "Ayyyyyy, un perro"
El: "Ay, pero si no te hace nada tonta"
El: "Ay, pero si no te hace nada tonta"
Bien plasmada la realidad.
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